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Actualmente las enfermedades lisosomales son diagnosticadas de forma más precoz y cuentan con un tratamiento más preciso

VADEMECUM - 04/06/2014  CONGRESOS / FORMACIÓN

Dos de los grandes avances en estas patologías han sido la mejora del conocimiento y la aparición de tratamientos específicos, aunque todavía hay que seguir trabajando en cuanto a formación para continuar mejorando el abordaje de estos afectados, algunos de ellos todavía infradiagnosticados

Málaga ha acogido el II Encuentro de Enfermedades de depósito lisosomal, organizado por la compañía biofarmacéutica Shire, que ha contado con la participación de expertos de prestigio nacional en este tipo de patologías. De esta forma, los profesionales han puesto en común las novedades y avances en el campo de las enfermedades lisosomales a través del intercambio de experiencias con otros clínicos implicados en el abordaje de estas patologías. Además, se han presentado proyectos y estudios que permiten a los expertos avanzar en el conocimiento y manejo de estas enfermedades.

Las enfermedades lisosomales habitualmente suelen aparecer a una edad temprana, aunque en algunos casos los síntomas comienzan a manifestarse en la vida adulta. “Dada su baja prevalencia, el conocimiento adecuado y la formación de los especialistas en este tipo de patologías siguen siendo clave para lograr un diagnóstico certero y temprano de las enfermedades lisosomales, aunque actualmente el diagnóstico es mucho más precoz que hace años”,ha señalado el doctor Luis González Gutiérrez-Solana, coordinador del servicio de neurología del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.

En este sentido, durante la sesión ha tenido lugar una parte dedicada a casos prácticos y reales de pacientes con estas patologías, con el objetivo de ayudar a los profesionales, principalmente pediatras, a solventar las dificultades que supone el reconocimiento de los síntomas. Los más característicos y frecuentes son: rasgos faciales peculiares, visceromegalias, regresión en el desarrollo, afectación ocular, auditiva, cardiaca, ósea y renal. Además, existen algunas pruebas clínicas complementarias que pueden ayudar en el diagnóstico, como la medición de los glucosaminoglucanos en orina, alteraciones hematológicas, alteraciones radiológicas, determinaciones enzimáticas y genéticas.

Por otro lado, al tratarse de enfermedades multiorgánicas el profesional debe tener presente que el abordaje debe realizarse por parte de un equipo especializado multidisciplinar formado en el tratamiento de estos pacientes, y compuesto por una gran diversidad de especialistas como neurólogos, oftalmólogos, neumólogos, cardiólogos, anestesistas, cirujanos, neurocirujanos, neuropsicólogos, etc., que variará en función de la patología y características del paciente.

En enfermedad de Gaucher la afectación ósea sigue siendo una asignatura pendiente

En concreto, sobre la enfermedad de Gaucher, los expertos han revisado algunos de los temas de mayor actualidad desde el punto de vista de la investigación básica como clínica. “En cuanto a investigación, los principales avances se centran en la relación entre los marcadores de inflamación y la patología ósea, así como en establecer unos criterios de gravedad de la enfermedad que nos ayuden a la hora de determinar el tratamiento más adecuado”, ha señalado el doctor Villarubia, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

En este sentido, a la hora de determinar el grado de afectación de un paciente con Gaucher, existen una serie de índices de gravedad de la enfermedad (índice de Zimran o Gaucher Disease Severity Score Index-Type I -GauSSI-I), basados tanto en criterios clínicos como analíticos, que permiten a los especialistas englobar a los pacientes en diferentes estadios, facilitando así su tratamiento y evolución.

Durante el encuentro también se presentaron los resultados del “Estudio epidemiológico sobre el estado actual de los pacientes con enfermedad de Gaucher tipo I en España evaluados mediante la Therapeutic Goals MAP (Monitor, Action and Progress) Tool”.  En él se pone en relieve que un 91,3% de los pacientes con enfermedad de Gaucher que son tratados con velaglucerasa alcanzan cinco de los siete objetivos terapéuticos marcados por los especialistas para conocer la evolución de los pacientes, y sólo un 4% de los pacientes cumplen todos los objetivos terapéuticos. Además, se desprende que un 97,2% de los pacientes consigue unos niveles de hemoglobina adecuados.

La herramienta Therapeutic Goals MAP (Monitor, Action and Progress), se creó para un mayor control de la evolución del paciente y cumplimiento de los objetivos médicos. Consiste en incluir en un programa informático las características del paciente durante el diagnóstico y comprobar en la siguiente visita del paciente cómo ha evolucionado este y cómo ha funcionado el tratamiento, de tal forma que el profesional tenga una foto completa del paciente y su enfermedad.

Respecto a las opciones terapéuticas disponibles actualmente, el tratamiento por elección en la enfermedad de Gaucher es la terapia de sustitución enzimática (TSE). Aunque existen otros tratamientos como la terapia de reducción de sustratos (TRS), indicada para aquellos casos donde el tratamiento enzimático no es posible. “La mayor dificultad con la que se encuentran los especialistas radica en saber cuándo hay qué tratar, con qué tratamiento y en qué dosis”, ha manifestado el doctor Villarubia. A lo que señala que, a pesar de todo “una de las asignaturas pendientes del tratamiento es la afectación ósea, que no responde a la terapia habitual y, especialmente, en las alteraciones neurológicas de los tipos 2 y 3, para los que no existe ningún tratamiento efectivo en la actualidad”.

Enfermedad de Fabry, la importancia del análisis familiar para el diagnóstico precoz

Otra de las enfermedades en las que los expertos hicieron especial hincapié fue la enfermedad de Fabry. Una patología genética y hereditaria que se estima que afecta a entre 8.000 y 10.000 personas en todo el mundo. Asimismo, “dadas sus características genéticas, aproximadamente, el 75% de los pacientes son mujeres”, ha afirmado el doctor Pablo García-Pavía Coordinador de la Unidad de Cardiopatías Familiares del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda.

Entre los síntomas que manifiestan estos pacientes destacan la insuficiencia renal que padece hasta el 84% de los pacientes y manifestaciones cardiovasculares, presentes en el 60% de los afectados, entre otros. “Concretamente, la afectación cardiaca produce manifestaciones muy variadas que incluyen fatiga, mareo, pérdida de conocimiento, palpitaciones y dolor en el pecho, insuficiencia cardiaca y arritmias”, ha especificado el doctor García-Pavía.

Al fin de conseguir un planteamiento integral para el diagnóstico de esta enfermedad, la compañía biofarmacéutica Shire, ha puesto en marcha el proyecto Fabry Pedigree Analysis. Call to Action (“Análisis familiar en la enfermedad de Fabry: Llamada a la acción”). Este proyecto consiste en concienciar a los profesionales de la necesidad de realizar un análisis adecuado del árbol familiar de los pacientes, dadas las características genéticas de la enfermedad de Fabry, para alcanzar un diagnóstico correcto de la enfermedad en las personas con riesgo de padecerla.

Sobre el síndrome de Hunter

El síndrome de Hunter (MPS II) es un trastorno lisosómico hereditario causado por la carencia de la enzima iduronato-2-sulfatasa (I2S). Su ausencia produce la acumulación de un tipo de mucopolisacáridos, también denominados glucosaminoglicanos o GAG. Estas moléculas no se descomponen correctamente y se almacenan progresivamente en las células de todo tipo de tejidos y órganos, produciendo daños crónicos que afectan a las capacidades físicas y mentales del individuo.

Entre los principales síntomas se encuentran rasgos faciales toscos, agrandamiento de la lengua y el abdomen, daño de las válvulas del corazón (provoca un deterioro de la función cardíaca), obstrucción respiratoria, aumento de tamaño de hígado (hepatomegalia) y bazo (esplenomegalia) y síndrome del túnel carpiano. Además, puede afectar al movimiento articular al provocar rigidez en las articulaciones, lo que dificulta la movilidad del paciente. En algunos de ellos, el sistema nervioso central puede verse afectado ocasionando retraso mental, comportamiento agresivo, hiperactividad y anomalías neurológicas progresivas.

Sobre la enfermedad de Gaucher

La enfermedad de Gaucher es la enfermedad genética de almacenamiento lisosómico más común y representa un problema de salud potencialmente grave. Como condición congénita, la enfermedad de Gaucher tiene una duración de por vida.

Fue descrita por primera vez en 1882 por el dermatólogo francés, Phillipe Charles Gaucher. En 1965, las investigaciones de Brady demostraron que la EG estaba producida por el déficit de la enzima lisosómica β -glucocerebrosidasa o β-glucosidasa ácida (GBA), responsable de la hidrólisis intracelular de la glucosilceramida y otros esfingolípidos afines, ocasionando el almacenamiento de grandes cantidades de glucocerebrósido en los lisosomas de los macrófagos (que son el tipo de células predominantemente afectadas en la enfermedad de Gaucher). Estas células rellenas de lípidos se conocen como células de Gaucher y tienen un aspecto característico como “papel fino arrugado” con el núcleo desplazado hacia un lado. La infiltración de las células de Gaucher explica la naturaleza multisistémica de la enfermedad, afectando entre otros a bazo, hígado, médula ósea, esqueleto, pulmón y sistema nervioso central.

Esta enfermedad se transmite de manera autosómica recesiva, definida por la presencia de dos alelos mutantes en el gen de la GBA, ubicado en la región q21 del cromosoma 1. Hasta la fecha, se han identificado más de 200 alelos mutantes, los cuales disminuyen parcial o totalmente la actividad de la enzima y a menudo reducen su estabilidad y vida media.

Las manifestaciones de la enfermedad de Gaucher son muy variables y se han descrito tres subtipos clínicos, en base a la edad de aparición y a la gravedad de la misma.

Sobre la enfermedad de Fabry

La enfermedad de Fabry es un trastorno hereditario de depósito lisosomal en el que se interfiere la capacidad del organismo de degradar un producto lipídico del metabolismo, la globotriaosilceramida (Gb3), debido a la deficiencia de una enzima (α-galactosidasa A). Afecta tanto a hombres como a mujeres y puede presentarse con signos o síntomas inespecíficos y variables, como dolor intenso o quemazón en extremidades, intolerancia al calor, lesiones cutáneas, trastornos gastrointestinales, pérdida de audición, enfermedad cardiovascular, renal o neurológica. Respecto a la población general, la esperanza de vida de los pacientes con enfermedad de Fabry se puede reducir 20 años en el caso de los hombres y 15 años en las mujeres. La principales causas de muerte son el fallo renal, la miocardiopatía y los episodios isquémicos cerebrovasculares (ictus). Se estima que afecta a entre 8.000 y 10.000 personas en todo el mundo.

 

Fuente: Edelman

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