Los seguimientos se realizaron a través de llamadas telefónicas una vez que los niños alcanzaron la edad de dos meses, uno, dos, tres años y medio y cinco años y medio.

La mayoría de los niños sufrían de una enfermedad alérgica a los 5,5 años

La introducción de alimentos complementarios se produjo entre el cuarto y el sexto mes de vida en la mayoría de los niños (77,6%). Sin embargo, el 14,9% de los niños recibió su alimento complementario después del sexto mes de vida y el 7,5% de los niños antes del cuarto mes de vida.

En total, el 64,2% de los participantes en el estudio presentaban una enfermedad alérgica a los 5,5 años. El 33,5% sufría de eccema, el 5,8% de alergia a los alimentos, el 26,6% de asma y el 39% de rinoconjuntivitis.

Introducción tardía de alimentos complementarios asociada con un mayor riesgo de alergia a los alimentos

En la mayoría de los niños, uno de los principales alérgenos aún no se había introducido en la dieta a los diez meses. La introducción tardía de alimentos complementarios se asoció con un riesgo 1,35 veces mayor de alergia a los alimentos. Esta asociación se debilitó y ya no fue significativa después de excluir los casos tempranos de alergias que ocurrieron entre el segundo mes de vida y el primer o segundo año de vida. La exclusión se realizó porque no se podía determinar con seguridad si la alergia se había producido antes o después de la introducción de alimentos complementarios.

Los autores del estudio señalaron que la falta de significación podría deberse a un sesgo causal inverso, en el que los padres de los niños con alergias tempranas retrasaron la introducción de alimentos complementarios.

Una dieta poco variada asociada con asma

Una dieta poco variada con ocho meses, en la que se consumían cero a dos grupos de alimentos, se asoció con un riesgo 1,22 veces mayor de asma. También aquí, la asociación se debilitó y ya no fue significativa después de excluir los casos tempranos de alergias.

Los autores del estudio señalan que aquí podría jugar un papel la frecuencia de la ingesta de los alimentos respectivos.

Introducción tardía de los principales alérgenos aumentó el riesgo de alergia a los alimentos

Si al menos dos principales alérgenos no se introdujeron en la dieta hasta el décimo mes de vida, los niños mostraron un riesgo 1,2 veces mayor de desarrollar rinoconjuntivitis y un riesgo 2,46 veces mayor de desarrollar alergia a los alimentos. Incluso después de excluir los casos alérgicos tempranos, la asociación entre el número de alérgenos alimentarios principales introducidos y el riesgo de alergia a los alimentos se mantuvo significativa.