Antecedentes

Aproximadamente el 80% de los tumores invasivos de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas son receptores de estrógenos positivos. Los inhibidores de la aromatasa se utilizan como terapia adyuvante de primera línea para estas mujeres con cáncer de mama local positivo para receptores de estrógenos durante un periodo de al menos 5 a hasta 10 años. Resultan especialmente eficaces y pueden reducir en más de un tercio la probabilidad anual de recidiva tumoral.

Los estrógenos no sólo afectan a los órganos periféricos, sino también al cerebro, en particular a las áreas implicadas en el comportamiento cognitivo y emocional. Se ha postulado una relación entre la reducción de los niveles de estrógenos y el deterioro cognitivo en las mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, sólo se dispone de datos dispersos sobre si los inhibidores de la aromatasa favorecen o empeoran la función cognitiva, los síntomas depresivos, la calidad del sueño y el rendimiento en las actividades de la vida diaria en mujeres posmenopáusicas.

Objetivo

Investigar si el tratamiento del cáncer de mama localizado en pacientes posmenopáusicas afecta al rendimiento de las actividades de la vida diaria, la función cognitiva, los síntomas depresivos y la calidad del sueño a los 6 y 12 meses.

Metodología

El estudio incluyó de forma prospectiva a mujeres con cáncer de mama local positivo para receptores de estrógenos que se habían sometido a extirpación quirúrgica del tumor seguida de radioterapia y/o quimioterapia y que posteriormente tenían previsto recibir tratamiento con un inhibidor de la aromatasa. Los inhibidores de la aromatasa fueron anastrozol o letrozol.

Se evaluaron la cognición, los síntomas depresivos y las alteraciones del sueño tras 6 y 12 meses de tratamiento con un inhibidor de la aromatasa en comparación con los valores iniciales. Los autores evaluaron la función cognitiva con el Mini-Mental Status Test (MMST), los síntomas depresivos con la Geriatric Depression Scale (GDS) y la calidad del sueño con la Athens Insomnia Scale (AIS).

Resultados

Se incluyeron 56 pacientes posmenopáusicas con cáncer de mama a las que se realizó un seguimiento de 12 meses durante el tratamiento con inhibidores de la aromatasa. La edad media era de 66,43 ± 1,1 años. Sólo una paciente presentaba carcinoma papilar, mientras que todas las demás tenían carcinoma ductal.

Función cognitiva

No hubo un aumento significativo de la puntuación total en el MMST para los síntomas cognitivos durante el periodo de seguimiento (p=0,777). El deterioro cognitivo leve estaba presente inicialmente en el 16,1%, con una ligera pero no significativa disminución al cabo de un año (10,7%). La orientación espacial mejoró durante el tratamiento con inhibidores de la aromatasa (p=0,007, prueba de Friedman). Todas las demás subáreas, como orientación temporal, memoria, atención y aritmética no mostraron cambios significativos.

Síntomas depresivos

Después de 6 meses, la media de GDS no mostró cambios respecto al valor basal de 2,1 ± 0,3 (2,8 ± 0,4), y después de 12 meses no hubo cambios (2,7 ± 0,5) (p=0,29). Si el valor umbral que indicaba significación clínica se fijaba en ≥ 6, se producía un aumento significativo de la proporción de pacientes con síntomas depresivos clínicamente relevantes. Después de 6 y 12 meses, había un 28,6% frente a un 10,7% al inicio del estudio (p=0,02).

Insomnio

No hubo cambios significativos en las puntuaciones medias de la Escala de Insomnio de Atenas con 2,9 ± 0,4 al inicio y 2,8 ± 0,4 a los 6 y 3,1 ± 0,5 a los 12 meses (p=0,72). Utilizando un punto de corte de ≥ 6 para las puntuaciones clínicamente significativas, la proporción de pacientes con síntomas clínicamente relevantes de insomnio aumentó al 32,1% a los 6 meses y al 37,5% a los 12 meses, en comparación con el 17,9% al inicio (p=0,001).

Conclusión

El estudio muestra que la calidad del sueño puede verse afectada y los síntomas depresivos pueden aumentar en pacientes durante el primer año de tratamiento del cáncer de mama con inhibidores de la aromatasa. Esto es de gran importancia, ya que puede afectar a la calidad de vida de los pacientes y al cumplimiento terapéutico. La terapia no influyó en las funciones cognitivas.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un estudio observacional no controlado que se realizó de forma monocéntrica y que sólo abarca un breve periodo de seguimiento de 12 meses. Por lo tanto, son necesarios más estudios prospectivos con un mayor número de pacientes para comprender y cuantificar mejor los factores que influyen en el cambio psicológico inducido por los inhibidores de la aromatasa.

Fuente: Vidal Group