Del ictus a la demencia

VADEMECUM - 01/06/2023  PATOLOGÍAS

Una colaboración entre la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana del Ictus ha elaborado una revisión que examina la incidencia de la demencia tras un ictus basándose en la bibliografía actual. Conclusión: una de cada tres personas se ve afectada.

Hasta el 60% de las personas que sufren un ictus desarrollarán demencia durante el primer año. Es lo que se conoce como deterioro cognitivo postinfarto. En la mayoría de los casos, ocurre poco después del accidente cerebrovascular. Hasta el 20% de los pacientes con deterioro cognitivo postinfarto leve se recuperan por completo, pero la mayoría de ellos no recuperan su estado cognitivo previo al ictus. Los pacientes que se recuperan por completo de un ictus y de un deterioro cognitivo postinfarto siguen teniendo un mayor riesgo de demencia.

La cognición después de un accidente cerebrovascular influye en el éxito de la terapia

En vista del cambio demográfico, cada vez más personas se verán afectadas por ictus y, por lo tanto, también por deterioro cognitivo postinfarto. Las comorbilidades psicológicas que acompañan al ictus, entre las que se incluyen, además del deterioro cognitivo postinfarto, la depresión y el delirio, perjudican enormemente la calidad de vida de los afectados y pueden influir negativamente en el curso de la terapia.

Por eso no es de extrañar que la cognición tras un ictus sea uno de los temas principales de la investigación sobre esta enfermedad.

Expertos analizan el estado actual del conocimiento sobre el deterioro cognitivo posinfarto

Para evaluar la situación actual, la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana del Ictus llevaron a cabo una extensa búsqueda bibliográfica y la publicaron en la revista científica "Stroke". Los expertos revisaron la literatura actual sobre la prevalencia, el diagnóstico y el manejo del deterioro cognitivo postinfarto, proporcionaron un marco para la atención clínica y señalan las cuestiones que no se han abordado adecuadamente y que requieren más estudio.

Un tercio desarrolla demencia dentro de los 5 años posteriores al accidente cerebrovascular.

Los autores, dirigidos por la Dra. Nada El Husseini, del Duke University Medical Center de Durham (EE.UU.), realizaron una revisión bibliográfica que incluía ensayos clínicos aleatorizados, estudios de cohortes prospectivos y retrospectivos, estudios de casos y controles, directrices clínicas, artículos de revisión y editoriales de los últimos 10 años.

Los resultados del análisis muestran que el deterioro cognitivo posinfarto es especialmente frecuente en el primer año tras un ictus y puede adoptar todas las formas, desde leve a grave. Aunque el deterioro cognitivo es reversible, especialmente al comienzo del accidente cerebrovascular, hasta un tercio de los afectados desarrollan demencia dentro de los 5 años posteriores al accidente cerebrovascular. Algunos pacientes no cumplen con los criterios diagnósticos de demencia, pero siguen sufriendo un deterioro cognitivo que afecta a su calidad de vida.

¿Cuáles son las causas del deterioro congnitivo potsinfarto?

La fisiopatología aún no se conoce del todo. Esta sigue siendo la conclusión de los expertos tras la revisión bibliográfica. Presumiblemente, un ictus agudo desencadena una serie de cambios patológicos, especialmente en los cambios microvasculares y neurodegenerativos preexistentes. En la población general, los cambios microvasculares son los principales contribuyentes a la demencia y al deterioro cognitivo vascular (DVC), mientras que el infarto embólico parece ser un factor relativamente importante. Además, intervienen factores genéticos y sociodemográficos, por lo que la génesis es de naturaleza multifactorial.

Atención de pacientes después de un accidente cerebrovascular

En este sentido, los expertos consideran que el cribado de comorbilidades y el tratamiento interdisciplinar de los pacientes son componentes integrales de la atención. Las intervenciones generales se resumen en cuatro apartados:

  • Considerar comorbilidades: limitaciones físicas, trastornos del sueño, aislamiento social, trastornos de ansiedad
  • Prepararse para la vuelta a la vida cotidiana: seguridad en el hogar y en la conducción, cuando sea posible; vuelta al trabajo; apoyo del cuidador
  • Minimizar la progresión del deterioro cognitivo: prevención secundaria del ictus
  • Optimización del resultado funcional a través de rehabilitación cognitiva y atención interdisciplinaria, actividad física, terapia farmacológica.

Más necesidades de investigación

La conclusión de los investigadores tras su revisión bibliográfica es que se necesitan estudios prospectivos que evalúen las trayectorias individuales del deterioro cogntivio posinfarto y la importancia de los eventos vasculares agudos en la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, así como ensayos clínicos aleatorizados de alta calidad sobre el tratamiento.

Fuentes

 

 

Autor: Dr. Melanie Klingler (periodista médica)

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