ADVERTENCIAS:
Angioedema
Ha habido informes posteriores a la comercialización de angioedema en pacientes que recibían pregabalina tanto al inicio como durante el tratamiento crónico. Los síntomas específicos incluyen hinchazón de la cara, boca (lengua, labios y encías), y cuello (garganta y laringe). Inclusive hubo informes de angioedema grave con compromiso respiratorio que requirió tratamiento de emergencia. Se debe suspender la administración de pregabalina de inmediato en los pacientes con estos síntomas.
Se debe tener precaución cuando se prescribe pregabalina a los pacientes que han tenido un episodio previo de angioedema. Además, los pacientes que estén tomando otros fármacos asociados con angioedema (por ejemplo, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina [IECA]) pueden tener un riesgo aumentado de desarrollar angioedema.
Hipersensibilidad
Ha habido informes posteriores a la comercialización de hipersensibilidad poco después de iniciar el tratamiento con pregabalina. Las reacciones adversas incluyen enrojecimiento de la piel, ampollas, urticaria, erupción, disnea y sibilancias. Los pacientes con estos síntomas deben suspender su empleo en forma inmediata.
Pensamientos y comportamientos suicidas
Las drogas antiepilépticas (DAE), incluyendo pregabalina, aumentan el riesgo de pensamientos o comportamiento suicidas en pacientes que toman estos fármacos para cualquier indicación. Se debe vigilar a los pacientes tratados con DAE para cualquier indicación, con el fin de detectar la aparición o empeoramiento de la depresión, pensamientos o comportamiento suicidas, y/o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo o el comportamiento.
Los análisis agrupados de 199 ensayos clínicos controlados con placebo (monoterapia y terapia adyuvante) de 11 DAE diferentes mostraron que los pacientes aleatorizados a uno de los DAE tenían aproximadamente el doble de riesgo (riesgo relativo ajustado 1.8; IC del 95%: 1.2; 2.7) de suicidio pensamiento o comportamiento suicida en comparación con los pacientes asignados al azar a placebo. En estos ensayos, que tuvieron una duración media del tratamiento de 12 semanas, la tasa de incidencia estimada de conducta suicida o ideación entre 27.863 pacientes tratados con DAE fue del 0,43%, en comparación con el 0,24% entre 16.029 pacientes tratados con placebo, lo que representa un aumento de aproximadamente un caso de pensamiento o comportamiento suicida por cada 530 pacientes tratados. Hubo cuatro suicidios en pacientes tratados con fármacos en los ensayos y ninguno en pacientes tratados con placebo, pero el número es demasiado pequeño para permitir una conclusión sobre el efecto del fármaco sobre el suicidio.
El aumento del riesgo de pensamientos o comportamiento suicidas asociados con el uso de DAE se puede observar tan pronto como una semana después de iniciar el tratamiento y persistir durante la duración del tratamiento. Debido a que la mayoría de los ensayos incluidos en el análisis no se extendieron más allá de las 24 semanas, no se pudo evaluar el riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas después de las 24 semanas. El riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas fue generalmente constante entre las drogas en los datos analizados. El hallazgo de un mayor riesgo con las DAE de diversos mecanismos de acción y en una variedad de indicaciones sugiere que el riesgo se aplica a todos los FAE utilizados para cualquier indicación. El riesgo no varió sustancialmente por edad (5-100 años) en los ensayos clínicos analizados.
El riesgo relativo de pensamientos o comportamientos suicidas fue mayor en los ensayos clínicos para la epilepsia que en los ensayos clínicos para enfermedades psiquiátricas u otras, pero las diferencias de riesgo absoluto fueron similares para la epilepsia y las indicaciones psiquiátricas.
Cuando se considere recetar pregabalina o cualquier otra DAE debe sopesar el riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas con el riesgo de enfermedad no tratada. La epilepsia y muchas otras enfermedades para las que se recetan las DAE se asocian en sí mismas con morbilidad y mortalidad y un mayor riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas. En caso de que surjan pensamientos y comportamientos suicidas durante el tratamiento, el médico debe considerar si la aparición de estos síntomas en un paciente determinado puede estar relacionada con la enfermedad que se está tratando.
Depresión respiratoria
Hay evidencia de informes de casos, estudios en humanos y estudios en animales que asocian el uso de pregabalina con depresión respiratoria grave, potencialmente mortal o mortal cuando se administra conjuntamente con depresores del sistema nervioso central (SNC), incluyendo los opioides, o en el contexto de insuficiencia respiratoria subyacente. Cuando se toma la decisión de indicar conjuntamente pregabalina con otro depresor del SNC, particularmente un opioide, o a pacientes con insuficiencia respiratoria subyacente, se debe vigilar a los pacientes para detectar síntomas de depresión respiratoria y sedación, y considerar iniciar el tratamiento con pregabalina a una dosis baja. El tratamiento de la depresión respiratoria puede incluir observación cuidadosa, medidas de apoyo y reducción o retirada de los depresores del SNC (incluyendo pregabalina).
Existe evidencia más limitada de informes de casos, estudios en animales y estudios en humanos que asocian pregabalina con depresión respiratoria grave, sin depresores del SNC administrados conjuntamente o sin insuficiencia respiratoria subyacente.
Mareos y somnolencia
Pregabalina puede causar mareos y somnolencia, que generalmente ocurren poco después del inicio de la terapia y con dosis más altas. Se debe informar a los pacientes que los mareos y somnolencia relacionados con el uso de pregabalina pueden afectar su capacidad para realizar tareas tales como conducir o manejar maquinaria.
Aumento del riesgo de reacciones adversas debido a la discontinuación rápida de drogas antiepilépticas (DAE)
Al igual que con todas las DAE, en pacientes con trastornos convulsivos pregabalina se debe suspender gradualmente para minimizar la el potencial aumento de la frecuencia de las crisis en pacientes con trastornos convulsivos.
Tras la interrupción brusca o rápida de pregabalina, algunos pacientes informaron de síntomas como insomnio, náuseas, dolor de cabeza, y diarrea. Se debe discontinuar el tratamiento con pregabalina de forma gradual durante un mínimo de 1 semana en lugar de interrumpir el fármaco bruscamente.
Edema periférico
El tratamiento con pregabalina puede causar edema periférico. En pacientes sin enfermedad cardiaca o vascular periférica clínicamente significativa, no hubo asociación aparente entre el edema periférico y complicaciones cardiovasculares como la hipertensión o la insuficiencia cardiaca congestiva. El edema periférico no se asocia con cambios de laboratorio indicativos de deterioro de la función renal o hepática.
Se observaron frecuencias más altas de aumento de peso y edema periférico en pacientes que tomaban tanto pregabalina como una tiazolidindiona en comparación con los pacientes que tomaban cualquiera de los medicamentos solos. La mayoría de los pacientes que usaban tiazolidindionas participaron en estudios de dolor asociado con la neuropatía periférica diabética.
Debido a que las tiazolidinedionas pueden causar aumento de peso y/o retención de líquidos, posiblemente exacerbando o conduciendo a insuficiencia cardíaca, se debe tener cuidado al coadministrar pregabalina y estos agentes.
Debido a que hay datos limitados sobre pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva Clase III o IV según la New York Heart Association (NYHA), se debe tener cuidado cuando se utiliza pregabalina en estos pacientes.
Aumento de Peso
El tratamiento con pregabalina puede causar aumento de peso. El aumento de peso se relaciona con la dosis y la duración de la exposición a pregabalina, pero no parece estar asociado con los valores basales del IMC, el sexo o la edad. El aumento de peso no se limita a pacientes con edema.
Aunque el aumento de peso no se asocia con cambios clínicamente importantes en la presión sanguínea, se desconocen los efectos cardiovasculares a largo plazo de la ganancia de peso asociada con pregabalina.
Si bien los efectos del aumento de peso asociado a pregabalina sobre el control glucémico no se han evaluado de forma sistemática, el tratamiento con pregabalina no parece estar asociado con alteraciones en el control de la glucemia (según lo medido por HbA1C).
Potencial tumorigénico
En estudios preclínicos estándar de carcinogenicidad in vivo con pregabalina, se observó una incidencia inesperadamente alta de hemangiosarcoma en dos cepas diferentes de ratones. La importancia clínica de este hallazgo es desconocida.
La experiencia clínica durante el desarrollo previo a la comercialización de pregabalina no proporcionó ningún dato para evaluar su potencial para inducir tumores en los seres humanos.
Efectos oftalmológicos
En estudios controlados, una mayor proporción de pacientes tratados con pregabalina, en comparación con aquellos tratados con placebo, notificó visión borrosa que en la mayoría de los casos se resolvió al continuar con el tratamiento. En las pruebas oftalmológicas, la incidencia de disminución de la agudeza visual y alteración del campo visual fue mayor en pacientes tratados con pregabalina que en aquellos tratados con placebo. La incidencia de cambios fundoscópicos fue similar en pacientes tratados con pregabalina y placebo
Aunque la importancia clínica de los hallazgos oftalmológicos se desconoce, se debe informar a los pacientes que notifiquen a su médico si notan cambios en la visión. Si persiste la alteración de la visión, considerar una evaluación adicional. Se debe considerar la posibilidad de realizar evaluaciones más frecuentes en los pacientes que rutinariamente son controlados por enfermedades oculares.
Elevaciones de creatininfosfoquinasa (CPK)
El tratamiento con pregabalina se asoció con elevaciones de la CPK, (hasta por lo menos tres veces el límite superior de lo normal) y rabdomiólisis, aunque la relación entre los reportes de miopatía y pregabalina no se entendió totalmente, ya que en dichos casos se habían documentado otros factores del paciente que pudieron haber causado o contribuido a estos acontecimientos.
Se debe indicar a los pacientes que comuniquen rápidamente cualquier dolor muscular inexplicable, sensibilidad o debilidad, especialmente si estos síntomas musculares son acompañados por malestar o fiebre. Se debe interrumpir el tratamiento con pregabalina si se diagnostica o se sospecha miopatía, o si se detectan niveles de CPK muy elevados.
Disminución del recuento de plaquetas
El tratamiento con pregabalina se asoció con una disminución del recuento de plaquetas, (que se define como el 20% por debajo del valor basal o < 150 x 103/μl) y trombocitopenia grave, con una disminución máxima media en el recuento de plaquetas de 20 × 103/μl. Un solo sujeto tratado con pregabalina desarrolló trombocitopenia grave con un recuento de plaquetas inferior a 20 × 103/μl. Estas reacciones no se asociaron con un aumento en el sangrado como reacción adversa.
Prolongación del intervalo PR
El tratamiento con pregabalina se asoció con la prolongación del intervalo PR. El aumento medio del intervalo PR es de 3-6 mseg con dosis de pregabalina ≥ 300 mg/día. Esta diferencia de cambio medio no se asoció con un mayor riesgo de aumento del PR ≥ 25% del valor inicial, un mayor porcentaje de pacientes en tratamiento con PR > 200 mseg, o un mayor riesgo de reacciones adversas como bloqueo AV de segundo o tercer grado.
No se ha identificado un aumento del riesgo de prolongación del intervalo PR en pacientes con prolongación del PR basal o en pacientes que toman otros medicamentos que prolongan el PR. Sin embargo, estos datos no pueden ser considerados como definitivos, debido al número limitado de pacientes en estas categorías.
PRECAUCIONES:
Abuso
No se sabe si pregabalina tiene actividad sobre los receptores asociados con las drogas de abuso. Al igual que con cualquier fármaco activo sobre el SNC, se deben evaluar los antecedentes de los pacientes en cuanto a antecedentes de abuso de drogas y observar cuidadosamente para detectar signos de mal uso o abuso de pregabalina (por ejemplo, el desarrollo de tolerancia, el aumento de la dosis, y comportamiento de búsqueda de drogas).
En un estudio con usuarios “recreacionales” de drogas sedativas/ hiponóticas, incluyendo alcohol, pregabalina (450 mg, dosis única) recibió calificaciones subjetivas de “buen efecto”, “alto efecto” y “gustó el efecto” en un grado similar a diazepam (30 mg, dosis única). En publicaciones de estudios clínicos controlados en más de 5.500 pacientes, 4% de los pacientes tratados con pregabalina y 2% de los pacientes tratados con placebo informaron euforia como una reacción adversa, aunque en algunas poblaciones de pacientes estudiadas, esta tasa de notificación era más alto y osciló entre 1 y 12%.
Dependencia
En estudios clínicos, algunos pacientes informaron síntomas asociados a la interrupción brusca o rápida de pregabalina, como insomnio, náuseas, dolor de cabeza y diarrea, en consonancia con la dependencia física. En la experiencia posterior a la comercialización, además de estos síntomas también se han reportado casos de ansiedad e hiperhidrosis.
Uso pediátrico
La seguridad y eficacia de pregabalina para su uso en dolor neuropático asociado con neuropatía periférica diabética, neuralgia posherpética, dolor neuropático asociado con lesión de la médula espinal y en pacientes pediátricos no han sido establecidas.
Se realizó un ensayo controlado con placebo de 15 semanas en pacientes pediátricos con fibromialgia, de 12 a 17 años, con dosis diarias totales de pregabalina de 75-450 mg por día. Si bien los resultados mostraron una mejoría numéricamente mayor para los pacientes tratados con pregabalina, no alcanzó significación estadística. Las reacciones adversas observadas con más frecuencia incluyeron mareos, náuseas, dolor de cabeza, aumento de peso y fatiga. El perfil de seguridad global en adolescentes fue similar al observado en adultos con fibromialgia.
En la terapia complementaria para las convulsiones de inicio parcial, no se ha establecido la seguridad y eficacia en pacientes pediátricos menores de 1 mes.
La seguridad y eficacia de pregabalina como tratamiento complementario para las convulsiones de inicio parcial en pacientes pediátricos de 1 de 17 años de edad se ha establecido en dos estudios doble ciego controlados con placebo. Las tasas de respuesta (50% o más de reducción en la frecuencia de crisis de inicio parcial) fueron un parámetro de eficacia secundario clave y mostraron una mejora numérica con pregabalina en comparación con placebo. Las reacciones adversas más frecuentes (≥ 5%) con pregabalina en este estudio fueron somnolencia, aumento de peso, aumento del apetito neumonía e infección viral.
Uso en pacientes de edad avanzada (mayores de 65 años de edad)
En estudios con pregabalina no se observaron diferencias generales en la seguridad y la eficacia entre estos pacientes y pacientes más jóvenes.
En pacientes con fibromialgia, el perfil de reacciones adversas fue similar entre en pacientes de 65 años o más y los más jóvenes, aunque las siguientes reacciones adversas neurológicas fueron más frecuentes: mareos, visión borrosa, trastorno del equilibrio, temblor, estado de confusión, coordinación anormal y letargo.
Debido a que pregabalina se excreta sustancialmente por el riñón y el riesgo de reacciones adversas puede ser mayor en pacientes con insuficiencia renal. Se debe ajustar la dosis en pacientes de edad avanzada con insuficiencia renal.
Insuficiencia renal
Pregabalina se elimina principalmente por excreción renal y se recomienda ajustar la dosis en pacientes adultos con insuficiencia renal.
Excipientes
Este medicamento contiene lactosa. Los pacientes con intolerancia hereditaria a galactosa, insuficiencia de lactasa de Lapp (insuficiencia observada en ciertas poblaciones de Laponia) o malabsorción de glucosa o galactosa, no deben tomar este medicamento.