La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo. Hipertensión es el término que se utiliza para describir la presión arterial alta.  Si es demasiado alta, puede causar problemas de salud, como una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular (ictus). Según la Sociedad Española de Hipertensión (SEH-LELHA), el 40% de la población adulta española padece hipertensión arterial.

La Organización Mundial de la Salud establece la hipertensión arterial como la primera causa de muerte en el mundo. “España es un país longevo y la edad es un factor de riesgo para padecer hipertensión. Además, como en el resto de Europa, en nuestro país ha aumentado el sobrepeso y la diabetes, otros factores de riesgo importantes para padecer hipertensión”, indica el Dr. Miguel Rivas, coordinador asistencial de Urgencias y Hospitalización de la Clínica HLA Montpellier.

En la mayoría de los adultos, no hay una causa identificable de presión arterial alta. La hipertensión primaria o esencial suele desarrollarse gradualmente con el transcurso de los años, mientras que la hipertensión secundaria o subyacente es causada por una enfermedad y tiende a aparecer repentinamente. Algunas afecciones pueden producir este último tipo de hipertensión, como las apneas de sueño, las enfermedades renales o los problemas de tiroides, entre otros. Ciertos medicamentos como las píldoras anticonceptivas, los antigripales, los descongestionantes o los analgésicos de venta libre también pueden contribuir al desarrollo de hipertensión arterial secundaria.

La mejor prevención frente a la hipertensión arterial es una alimentación saludable, limitando la cantidad de consumo de sodio (sal) y de alcohol, realizar actividad física con regularidad, mantener un peso saludable, no consumir tabaco y controlar el estrés. “No es necesario alarmar a los pacientes, no existe una cifra exacta por la cual el paciente tenga que acudir al servicio de Urgencias o al centro de salud a causa de una crisis hipertensiva. En el hospital diferenciamos estas cifras cuando los pacientes presentan algún síntoma, como un fuerte dolor de cabeza o hemorragia nasal”, indica el Dr. Rivas.

Para reducir los niveles de tensión arterial elevada se recomienda bajar de peso y reducir considerablemente el consumo de sal en la dieta. “Muchos pacientes que no pierden peso o no siguen una dieta adecuada tienen que tomar medicación para reducir la tensión arterial. Sin embargo, a partir de la pérdida de 5 kilos, empieza a reducirse los niveles de tensión arterial y muchos pacientes dejan de precisar medicación. Es importante controlar la tensión para evitar problemas cardiovasculares que pueden verse agravados por otras enfermedades, ya sea en casa, en la consulta del médico o en la farmacia, por ejemplo”, señala el doctor.

El síndrome metabólico cardiovascular se define como el conjunto de factores de riesgo cardiovascular o anomalías en el metabolismo de la glucosa e hipertensión arterial, estrechamente asociado a resistencia a la insulina, que se considera como predictor de morbilidad y mortalidad cardiovascular. El tratamiento del síndrome metabólico incluye la modificación de los hábitos de vida dirigidos a perder peso y aumentar la actividad física, además de un adecuado control de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular como la dislipidemia, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus.

Fuente: Grupo Hospitalario HLA