Las enfermedades de la piel afectan a más de una cuarta parte de todas las personas en todo el mundo y son la cuarta causa más común de enfermedades no mortales. Las enfermedades crónicas de la piel son costosas y afectan la salud física, mental y social, así como la calidad de vida relacionada con la salud de los afectados y sus familias. Debido a que las enfermedades crónicas de la piel a menudo comienzan en la niñez, estas experiencias tempranas de la vida pueden influir en la salud a largo plazo. La estigmatización puede tener un impacto particularmente fuerte en el desarrollo psicosocial de los niños.

Estigmatización experimentada y percibida

La estigmatización se produce cuando una persona es apartada o diferenciada de otras de forma negativa a causa de una determinada característica, característica o condición. El estigma se puede experimentar o percibir, y ambos tipos pueden tener un fuerte impacto en la infancia. El estigma experimentado (practicado) se refiere al comportamiento discriminatorio manifiesto, p. B. Evitación por miedo a que las lesiones sean contagiosas, lo que lleva al rechazo y la alienación. El estigma o autoestigma percibido (internalizado) se refiere a la percepción de una persona de que una actitud negativa hacia la afección podría conducir a un comportamiento discriminatorio.

Conexión entre la estigmatización y las enfermedades crónicas de la piel

La influencia de la estigmatización experimentada y percibida se ha estudiado en muchas enfermedades crónicas (por ejemplo, VIH /SIDA, obesidad y enfermedades mentales), pero hasta ahora sólo se ha considerado de forma limitada en niños con enfermedades crónicas de la piel. Por lo tanto, un estudio transversal examinó el alcance de la estigmatización, la dependencia de la visibilidad y la gravedad de la enfermedad, y la asociación con la salud mental y la calidad de vida en las enfermedades cutáneas pediátricas crónicas. Se recogieron y evaluaron un total de datos de 1.671 pacientes pediátricos de entre ocho y 17 años. Los diagnósticos médicos más frecuentes fueron acné (22,8%), dermatitis atópica /enfermedades eccematosas (22,5%), alopecia (11,3%) y psoriasis (7,4%).

Las enfermedades crónicas de la piel provocan estigmatización

En general, el 56% de los niños informaron que su condición era muy notoria; El 51% describió la gravedad de la visibilidad como moderada y el 21,3% como grave. Sólo el 27% de los niños había experimentado previamente una estigmatización mínima o nula. La peor estigmatización la sufrieron las niñas y los niños con hiperhidrosis, ictiosis, epidermólisis ampollosa e hidradenitis supurativa. Los niños con enfermedades cutáneas comunes como acné, neurodermatitis, psoriasis y alopecia experimentaron una estigmatización baja o moderada.

El estigma cambia la salud mental

De los padres, el 29% sabía que su hijo había sido acosado en la escuela (94%), en línea (5%), en casa (4%) y/o en público (12%). El historial de acoso informado por los padres se asoció fuertemente con puntuaciones de estigma más bajas, así como con malas relaciones con los pares y un aumento de la depresión y los trastornos de ansiedad. La depresión y la ansiedad fueron más pronunciadas en niños con hiperhidrosis e hidradenitis supurativa. El estigma también fue un importante predictor de la calidad de vida de los afectados.

Las enfermedades de la piel como blanco de acoso Las enfermedades de la piel a menudo se consideran menos graves que otras enfermedades. Sin embargo, un niño o adolescente con una afección cutánea crónica corre el riesgo de convertirse en blanco de acoso, alienación y reducción de la autoestima, lo que puede provocar estigmatización, enfermedades mentales y una reducción de la calidad de vida. Por lo tanto, los médicos que atienden a niños con enfermedades crónicas de la piel deben ser conscientes de una posible estigmatización.

Fuente:

Paller et al. (2024): Estigmatización e impacto en la salud mental de los trastornos cutáneos pediátricos crónicos. JAMA Dermatología, DOI:   10.1001/jamadermatol.2024.0594 .