ADVERTENCIAS
Ideación y comportamiento suicidas:
Los fármacos antiepilépticos (FAE), incluyendo lacosamida, aumentan el riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas en pacientes que toman estos fármacos para cualquier indicación. Los pacientes tratados con cualquier FAE para cualquier indicación deben monitorearse a fin de detectar la aparición o el empeoramiento de la depresión, los pensamientos o el comportamiento suicidas y/o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo o el comportamiento.
Análisis combinados de 199 ensayos clínicos controlados con placebo (monoterapia y terapia adyuvante) de 11 FAE diferentes mostraron que los pacientes aleatorizados a uno de los FAE presentaron, aproximadamente, el doble de riesgo (riesgo relativo ajustado 1,8; IC de 95%: 1,2- 2,7) de tener pensamientos o comportamientos suicidas en comparación con los pacientes aleatorizados a placebo. En estos ensayos, que presentaron una media de duración del tratamiento de 12 semanas, la incidencia calculada de ideación o comportamiento suicidas entre 27.863 pacientes tratados con FAE fue 0,43% en comparación con 0,24% entre 16.029 pacientes que recibieron placebo, lo cual representa un incremento de alrededor un caso de pensamientos o comportamiento suicidas por cada 530 pacientes tratados. Se produjeron cuatro suicidios en los pacientes tratados con los fármacos en los ensayos y ninguno en los pacientes tratados con placebo, pero la cantidad de eventos es demasiado pequeña como para sacar alguna conclusión sobre el efecto de los fármacos sobre el suicidio.
El aumento en el riesgo de tener pensamientos o comportamiento suicidas con FAE se observó tan temprano como una semana después de iniciar el tratamiento y persistió durante el tratamiento evaluado. Como la mayoría de los ensayos clínicos en los análisis no se prolongó por más de 24 semanas, no se pudo evaluar el riesgo de tener pensamientos o comportamiento suicidas después de las 24 semanas.
Por lo general, el riesgo de presentar pensamientos o comportamiento suicidas fue constante entre los fármacos en los datos analizados. El haber hallado un incremento en el riesgo con FAE de diversos mecanismos de acción y en un rango de indicaciones sugiere que el riesgo se aplica a todos los FAE usados para cualquier indicación. El riesgo no varió en gran medida por edad (5-100 años) en los ensayos clínicos analizados.
La tabla 3 muestra el riesgo absoluto y relativo de todos los FAE evaluados según la indicación.
Tabla 3: Riesgo de los fármacos antiepilépticos en el análisis combinado según la indicación
Indicación | Pacientes que recibieron placebo con eventos por cada 1000 pacientes | Pacientes que recibieron fármacos con eventos por cada 1000 pacientes | Riesgo relativo* | Diferencia de riesgo** |
Epilepsia | 1,0 | 3,4 | 3,5 | 2,4 |
Trastornos psiquiátricos | 5,7 | 8,5 | 1,5 | 2,9 |
Otros | 1,0 | 1,8 | 1,9 | 0,9 |
Total | 2,4 | 4,3 | 1,8 | 1,9 |
*Incidencia de eventos en pacientes que recibieron fármacos/Incidencia en pacientes que recibieron placebo ** Pacientes que recibieron fármacos adicionales con eventos por cada 1000 pacientes |
El riesgo relativo de tener pensamientos o comportamiento suicidas fue más alto en ensayos clínicos sobre epilepsia que en ensayos clínicos sobre trastornos psiquiátricos u otras condiciones, pero las diferencias en el riesgo absoluto fueron similares.
Cualquiera que considere prescribir lacosamida o cualquier otro FAE debe sopesar este riesgo con el riesgo de no tratar la enfermedad. La epilepsia y muchas otras enfermedades para las cuales se prescriben antiepilépticos están asociadas con morbilidad y mortalidad, y un aumento en el riesgo de tener pensamientos y comportamiento suicidas. De manifestarse pensamientos o comportamiento suicidas durante la terapia, el médico prescriptor debe considerar si la aparición de estos síntomas en un paciente dado puede estar vinculada con la enfermedad que se está tratando.
Mareos y ataxia:
Lacosamida puede causar mareos y ataxia en pacientes adultos y pediátricos.
En estudios en pacientes adultos con convulsiones de inicio parcial que tomaban de 1 a 3 FAE concomitantes, el 25% de los pacientes que recibieron las dosis recomendadas de lacosamida (200 a 400 mg/día) experimentaron mareos (en comparación con el 8% de los pacientes tratados con placebo) y fue el evento adverso que condujo con mayor frecuencia a la interrupción del tratamiento. El 6% de los pacientes que recibieron las dosis recomendadas experimentó ataxia (en comparación con el 2% de los pacientes que recibieron placebo). La aparición de mareos y ataxia se observó con mayor frecuencia durante la titulación de la dosis. Hubo un aumento sustancial de estos eventos adversos a dosis superiores a 400 mg/día.
Anomalías de la conducción y el ritmo cardíaco:
Prolongación del intervalo PR, bloqueo aurículo-ventricular y taquiarritmia ventricular:
Se han observado prolongaciones dependientes de la dosis en el intervalo PR con lacosamida en estudios clínicos en pacientes adultos y voluntarios sanos. En ensayos clínicos complementarios en pacientes adultos con convulsiones de inicio parcial, se observó bloqueo auriculoventricular (AV) de primer grado asintomático como una reacción adversa en el 0,4% de los pacientes que recibieron lacosamida. Se observó un caso de bradicardia profunda en un paciente durante una infusión de 15 minutos de 150 mg de lacosamida. Cuando se administra lacosamida con otros medicamentos que prolongan el intervalo PR, es posible una mayor prolongación de P.
En el contexto posterior a la comercialización, se han notificado casos de arritmias cardíacas en pacientes tratados con lacosamida, que incluyen bradicardia, bloqueo AV y taquiarritmia ventricular, que rara vez han provocado asistolia, paro cardíaco y muerte. La mayoría de los casos, aunque no todos, se han producido en pacientes con trastornos proarrítmicos subyacentes o en aquellos que tomaban medicamentos concomitantes que afectan la conducción cardíaca o prolongan el intervalo PR. Estos eventos han ocurrido con las vías de administración oral e intravenosa y en las dosis prescritas, así como en sobredosis.
Lacosamida debe usarse con precaución en pacientes con afecciones proarrítmicas subyacentes, como problemas conocidos de conducción cardíaca (por ejemplo, bloqueo AV de primer grado marcado, bloqueo AV de segundo grado o superior y síndrome del seno enfermo sin marcapasos), enfermedad cardíaca grave (como isquemia de miocardio o insuficiencia cardíaca, o enfermedad cardíaca estructural) y canalopatías de sodio cardíacas (p. ej., síndrome de Brugada). Lacosamida también debe usarse con precaución en pacientes que toman medicamentos concomitantes que afectan la conducción cardíaca, incluyendo bloqueantes de los canales de sodio, betabloqueantes, bloqueantes de los canales de calcio, bloqueantes de los canales de potasio y medicamentos que prolongan el intervalo PR. En tales pacientes, se recomienda obtener un ECG antes de comenzar el tratamiento con lacosamida y después de ajustar a la dosis de mantenimiento en el estado estacionario. Además, estos pacientes deben ser monitoreados de cerca si se les administra lacosamida por vía intravenosa.
Fibrilación y aleteo auricular:
En los ensayos a corto plazo de lacosamida en pacientes adultos con convulsiones de inicio parcial, no hubo casos de fibrilación o aleteo auricular. Tanto la fibrilación auricular como el aleteo auricular se han informado en ensayos abiertos de convulsiones de inicio parcial y en la experiencia posterior a la comercialización. En pacientes adultos con neuropatía diabética, para los que lacosamida no está indicado, el 0,5% de los pacientes tratados con lacosamida experimentaron como reacción adversa fibrilación o aleteo auricular, en comparación con el 0% de los pacientes tratados con placebo. La administración de lacosamida puede predisponer a arritmias auriculares (fibrilación o aleteo auricular), especialmente en pacientes con neuropatía diabética y/o enfermedad cardiovascular.
Síncope:
En los ensayos controlados a corto plazo de lacosamida en pacientes adultos con convulsiones de inicio parcial sin enfermedades sistémicas significativas, no hubo un aumento de síncope en comparación con placebo. En los ensayos controlados a corto plazo en pacientes adultos con neuropatía diabética, para los que no está indicado lacosamida, el 1,2% de los pacientes que fueron tratados con lacosamida notificaron como reacción adversa síncope o pérdida del conocimiento, en comparación con el 0% de los pacientes con neuropatía diabética tratados con placebo. La mayoría de los casos de síncope se observaron en pacientes que recibieron dosis superiores a 400 mg/día. La causa del síncope no se determinó en la mayoría de los casos. Sin embargo, varios se asociaron con cambios en la presión arterial ortostática, aleteo/fibrilación auricular (y taquicardia asociada) o bradicardia. También se han observado casos de síncope en estudios clínicos abiertos de convulsiones de inicio parcial en pacientes adultos y pediátricos. Estos casos se asociaron con antecedentes de factores de riesgo de enfermedad cardíaca y el uso de fármacos que ralentizan la conducción AV.
Discontinuación de antiepilépticos (FAE):
Al igual que con todos los FAE, lacosamida debe suspenderse gradualmente (durante, por lo menos, 1 semana) para minimizar la posibilidad de que se incremente la frecuencia de las convulsiones en pacientes con trastornos convulsivos.
Reacción farmacológica con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS)/ hipersensibilidad multiorgánica:
Se han informado casos de reacción a medicamentos con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS), también conocida como hipersensibilidad multiorgánica, en pacientes que toman medicamentos antiepilépticos, incluyendo lacosamida. Algunos de estos eventos han sido fatales o potencialmente mortales. El síndrome de DRESS típicamente, aunque no exclusivamente, se presenta con fiebre, exantema, linfadenopatía y/o hinchazón facial, en asociación con compromiso de otros sistemas orgánicos, como hepatitis, nefritis, anomalías hematológicas, miocarditis o miositis, que a veces se asemeja a una infección viral aguda. A menudo se presenta eosinofilia.
Este trastorno es variable en su expresión y otros sistemas de órganos no mencionados aquí pueden estar involucrados. Es importante señalar que pueden presentarse manifestaciones tempranas de hipersensibilidad (por ejemplo, fiebre, linfadenopatía) aunque el exantema no sea evidente. Si tales signos o síntomas están presentes, el paciente debe ser evaluado de inmediato. Lacosamida debe suspenderse si no se puede establecer una etiología alternativa para los signos o síntomas.
PRECAUCIONES
Embarazo:
No hay datos adecuados sobre los riesgos de desarrollo asociados con el uso de lacosamida en mujeres embarazadas.
Lacosamida produjo toxicidad en el desarrollo (aumento de la mortalidad embriofetal y perinatal, déficit de crecimiento) en ratas después de la administración durante la preñez. Se observó neurotoxicidad del desarrollo en ratas después de la administración durante un período de desarrollo posnatal correspondiente al tercer trimestre del embarazo humano. Estos efectos se observaron a dosis asociadas con exposiciones plasmáticas clínicamente relevantes.
Lactancia:
Los datos de la literatura publicada indican que lacosamida está presente en la leche humana. Hay informes de aumento de la somnolencia en lactantes expuestos a lacosamida. No hay información sobre los efectos de lacosamida en la producción de leche.
Los beneficios para el desarrollo y la salud de la lactancia materna se deben considerar junto con la necesidad clínica de la madre de recibir lacosamida y cualquier posible efecto adverso en el bebé amamantado a causa de lacosamida o de la afección materna subyacente.
Se debe supervisar a los lactantes expuestos a lacosamida a través de la leche materna para detectar un exceso de sedación.
Uso pediátrico:
Se ha establecido la seguridad y eficacia de lacosamida para el tratamiento de las convulsiones de inicio parcial y como terapia adyuvante en el tratamiento de las convulsiones tónico-clónicas generalizadas primarias en pacientes pediátricos con epilepsia generalizada idiopática de 4 a menos de 17 años de edad.
No se ha establecido la seguridad y eficacia en pacientes pediátricos menores de 4 años.
Datos en animales:
Se ha demostrado in vitro que lacosamida interfiere con la actividad de la proteína 2 mediadora de la respuesta a la colapsina (CRMP-2), una proteína involucrada en la diferenciación neuronal y el control de la excrecencia axonal. No se pueden descartar los posibles efectos adversos relacionados con el desarrollo del SNC. La administración de lacosamida a ratas durante los períodos neonatal y juvenil del desarrollo postnatal (aproximadamente equivalente al desarrollo neonatal a adolescente en humanos) resultó en una disminución del peso del cerebro y cambios neuroconductuales a largo plazo (rendimiento en campo abierto alterado, déficits en el aprendizaje y la memoria). La dosis sin efecto para la neurotoxicidad del desarrollo en ratas se asoció con una exposición a lacosamida plasmática (AUC) menor que en humanos a la dosis máxima recomendada de 400 mg/día.
Uso geriátrico:
Hubo un número insuficiente de pacientes en edad avanzada en ensayos sobre convulsiones de inicio parcial para determinar adecuadamente si responden de manera diferente a los pacientes más jóvenes.
No es necesario el ajuste de la dosis de lacosamida basado en la edad. En pacientes de edad avanzada, el ajuste de la dosis debe realizarse con precaución, generalmente comenzando en el extremo inferior del rango de dosificación, lo que refleja la mayor frecuencia de disminución de la función hepática, disminución de la función renal, aumento de anomalías de la conducción cardíaca y polimedicación.
Pacientes con insuficiencia renal:
Según los datos en adultos, no es necesario ajustar la dosis en pacientes adultos y pediátricos con insuficiencia renal leve a moderada (ClCr ≥ 30 ml/min). En pacientes adultos y pediátricos con insuficiencia renal grave (ClCr < 30 ml/min) y en aquellos con enfermedad renal en etapa terminal, se recomienda una reducción del 25% de la dosis máxima.
En todos los pacientes con insuficiencia renal, la titulación de la dosis debe realizarse con precaución.
Lacosamida se elimina eficazmente del plasma mediante hemodiálisis. Se debe considerar la administración de un suplemento de dosis de hasta el 50% después de la hemodiálisis.
Pacientes con insuficiencia hepática:
Según los datos en adultos, para pacientes adultos y pediátricos con insuficiencia hepática leve a moderada, se recomienda una reducción del 25% de la dosis máxima.
Los pacientes con insuficiencia hepática leve a moderada deben ser observados de cerca durante el ajuste de la dosis.
No se ha evaluado la farmacocinética de lacosamida en insuficiencia hepática grave. No se recomienda el uso de lacosamida en pacientes con insuficiencia hepática grave.
Abuso:
En un estudio sobre el potencial de abuso en humanos, dosis únicas de 200 mg y 800 mg de lacosamida produjeron respuestas subjetivas vinculadas con la euforia que se diferenciaron estadísticamente de placebo. Con la dosis de 800 mg, estas respuestas relacionadas con la euforia no se distinguieron de las producidas por alprazolam, una droga clasificación IV (con un potencial bajo de abuso). La duración de las respuestas asociadas con la euforia después de la administración de lacosamida fue menor que después de alprazolam. La tasa de euforia reportada como evento adverso en el programa de desarrollo de lacosamida en dosis terapéuticas fue menor que el 1%.
Dependencia:
La interrupción abrupta de lacosamida en ensayos clínicos en pacientes con dolor causado por neuropatía diabética no produjo signos o síntomas asociados con un síndrome de abstinencia que indicaran dependencia física. No obstante, la dependencia psicológica debido a la capacidad de lacosamida de producir eventos adversos relacionados con la euforia en humanos.