ADVERTENCIAS
Pensamientos y conductas suicidas en niños, adolescentes y adultos jóvenes:
Los pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM), tanto adultos como pediátricos, pueden experimentar un empeoramiento de su depresión y/o la aparición de ideas y conductas suicidas (tendencia suicida) o cambios inusuales en la conducta, estén tomando o no medicamentos antidepresivos, y este riesgo puede persistir hasta que haya una remisión significativa. El suicidio es un riesgo conocido de la depresión y otros determinados trastornos psiquiátricos, y estos trastornos son por sí mismos los más fuertes predictores de suicidio. No obstante, ha habido una preocupación a largo plazo de que los antidepresivos puedan tener un papel para inducir el empeoramiento de la depresión y la aparición de tendencia suicida en determinados pacientes durante las fases tempranas del tratamiento. El análisis de estudios de corto plazo controlados con placebo de fármacos antidepresivos (ISRS y otros) mostraron que estos fármacos aumentan el riesgo de pensamientos y conductas suicidas (tendencia suicida) en niños, adolescentes y adultos jóvenes (edades entre 18-24 años) con trastorno depresivo mayor (TDM) y otros trastornos psiquiátricos. Los estudios de corto plazo no mostraron un aumento en el riesgo de producir una tendencia suicida con los antidepresivos comparados con placebo en adultos mayores de 24 años; hubo una reducción con los antidepresivos en comparación con placebo en adultos de 65 años o más.
Los análisis agrupados de estudios controlados con placebo en niños y adolescentes con TDM, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) u otros trastornos psiquiátricos incluyeron un total de 24 estudios a corto plazo con 9 fármacos antidepresivos en más de 4400 pacientes. Los análisis agrupados de estudios controlados con placebo en adultos con TDM u otros trastornos psiquiátricos incluyeron un total de 295 estudios a corto plazo (duración media de 2 meses) con 11 fármacos antidepresivos en más de 77.000 pacientes. Hubo una variación considerable en el riesgo de suicidio entre los fármacos, pero una tendencia hacia un aumento en los pacientes más jóvenes para casi todos los fármacos estudiados. Hubo diferencias en el riesgo absoluto de suicidio entre las diferentes indicaciones, con la mayor incidencia para el TDM. Sin embargo, las diferencias de riesgo (fármaco frente a placebo) fueron relativamente estables dentro de los estratos de edad y entre indicaciones. Estas diferencias de riesgo (diferencia fármaco-placebo en el número de casos de tendencias suicidas por cada 1000 pacientes tratados) se proporcionan en la Tabla 1.
Tabla 1
Rango de edad | Diferencia fármaco-placebo en el número de casos de suicidio por cada 1000 pacientes tratados |
| Aumento en comparación con el placebo |
<18 | 14 casos adicionales |
18 hasta 24 | 5 casos adicionales |
| Disminución en comparación con el placebo |
25 hasta 64 | 1 caso menos |
≥65 | 6 casos menos |
No se produjeron suicidios en ninguno de los estudios pediátricos. Hubo suicidios en los estudios de adultos, pero el número no fue suficiente para llegar a ninguna conclusión sobre el efecto del fármaco sobre el suicidio.
Se desconoce si el riesgo de tendencia suicida se prolonga con el uso a largo plazo, es decir, después de varios meses. No obstante, hay evidencia considerable en estudios de mantenimiento controlados con placebo realizados en adultos con depresión, de que el uso de antidepresivos puede demorar la recurrencia de la depresión.
Todos los pacientes que son tratados con antidepresivos por cualquier indicación deben ser monitoreados de forma apropiada y observados de cerca para detectar empeoramiento clínico, tendencia suicida y cambios inusuales en la conducta, especialmente durante los primeros meses del tratamiento farmacológico, o en momentos de cambios de dosis, ya sean aumentos o disminuciones.
Síntomas como ansiedad, agitación, ataques de pánico, insomnio, irritabilidad, hostilidad, agresividad, impulsividad, acatisia (inquietud psicomotora), hipomanía y manía, han sido informados en pacientes adultos y pediátricos que fueron tratados con antidepresivos para el trastorno depresivo mayor, así como para otras indicaciones psiquiátricas y no psiquiátricas. Aunque no se ha establecido una vinculación causal entre la aparición de tales síntomas y el empeoramiento de la depresión y/o la aparición de impulsos suicidas, existe la preocupación de que tales síntomas puedan ser precursores de la tendencia suicida emergente.
Se debe considerar un cambio en el régimen terapéutico, incluyendo posiblemente la discontinuación del medicamento, en pacientes cuya depresión empeora persistentemente, o que estén experimentando una tendencia suicida emergente o síntomas que podrían ser precursores del empeoramiento de la depresión o de la tendencia suicida, especialmente si estos síntomas son graves, de comienzo abrupto, o no eran parte de los síntomas que presentaba el paciente.
Si decide discontinuar el tratamiento, se debe disminuir gradualmente el medicamento, tan rápido como sea factible, pero sabiendo que la discontinuación abrupta puede estar vinculada a determinados síntomas mencionados anteriormente.
Las familias y los cuidadores de los pacientes que son tratados con antidepresivos para el trastorno depresivo grave u otras indicaciones, tanto psiquiátricas como no psiquiátricas, deben ser alertados acerca de la necesidad de monitorear a los pacientes para detectar la aparición de agitación, irritabilidad, cambios inusuales en la conducta, y los otros síntomas descriptos anteriormente, así como la aparición de tendencia suicida, y de informar tales síntomas a los profesionales de la salud inmediatamente. Tal monitoreo debe incluir una observación diaria por parte de las familias y los cuidadores.
Desvenlafaxina se debe prescribir por la menor cantidad de comprimidos compatible con el buen manejo del paciente, para reducir el riesgo de sobredosis.
Examen de pacientes con trastorno bipolar:
Un episodio depresivo mayor puede ser la presentación inicial del trastorno bipolar. Se cree en general (aunque no está establecido en estudios controlados) que tratar tal episodio con un antidepresivo solo puede aumentar la probabilidad de precipitación hacia un episodio mixto/maníaco en pacientes con riesgo de padecer trastorno bipolar. Se desconoce si alguno de los síntomas descriptos anteriormente representa tal conversión. Sin embargo, antes de comenzar el tratamiento con un antidepresivo, los pacientes con síntomas depresivos deben ser examinados de forma adecuada para determinar si están en riesgo de padecer trastorno bipolar. Tal examen debe incluir una historia psiquiátrica detallada, incluyendo antecedentes familiares de suicidio, trastorno bipolar y depresión. Desvenlafaxina no está aprobado para su uso en el tratamiento de la depresión bipolar.
Síndrome serotoninérgico:
Los inhibidores de la recaptación de noradrenalina y serotonina (IRSN) y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), incluyendo desvenlafaxina, pueden precipitar el síndrome serotoninérgico una condición con potencial riesgo de vida para el paciente. El riesgo se incrementa cuando se utilizan concomitantemente con otros fármacos serotoninérgicos (incluyendo triptanes, antidepresivos triciclicos, fentanilo, litio, tramadol, triptófano, buspirona, anfetaminas y hierba de San Juan), y con fármacos que pueden disminuir el metabolismo de serotonina como los IMAO.
Los signo y síntomas del síndrome serotoninérgico pueden incluir cambios del estado mental (por ej., agitación, alucinaciones, delirio, coma), inestabilidad autonómica (por ej., taquicardia, presión arterial lábil, mareos, sudoración, sofocos, hipertermia), alteraciones neuromusculares (por ej., temblor, rigidez, mioclonía, hiperreflexia, incoordinación), convulsiones, y/o síntomas gastrointestinales (por ej., náuseas, vómitos, diarrea).
El uso concomitante de desvenlafaxina con IMAO está contraindicado. No se debe administrar desvenlafaxina en un paciente que está siendo tratado con inhibidores de la MAO, como linezolid o azul de metileno intravenoso. No hubo reportes con la administración de azul de metileno por otras vías (como comprimidos orales o inyección tisular local).Si fuera necesario iniciar el tratamiento con un IMAO, como linezolid o azul de metileno intravenoso en un paciente que toma desvenlafaxina, debe interrumpirse el tratamiento con desvenlafaxina antes de iniciar la terapia con el IMAO.
Se debe controlar a todos los pacientes que toman desvenlafaxina para detectar la aparición del síndrome serotoninérgico. Se debe suspender el tratamiento con desvenlafaxina y cualquier agente serotoninérgico concomitante inmediatamente si se presentan los síntomas anteriores e iniciar un tratamiento sintomático de sostén. Si el uso concomitante de desvenlafaxina con otros fármacos serotoninérgicos está clínicamente justificado, se debe informar a los pacientes del aumento del riesgo de síndrome serotoninérgico y vigilar los síntomas.
Presión arterial elevada:
Los pacientes que reciben desvenlafaxina deben tener un monitoreo regular de la presión arterial ya que se observaron aumentos en la presión arterial en los estudios clínicos. Se debe controlar la hipertensión preexistente antes de iniciar el tratamiento con desvenlafaxina. Se debe tener cuidado al tratar a pacientes con hipertensión u otras condiciones cardiovasculares o cerebrovasculares preexistentes que pudieran verse comprometidas por los aumentos en la presión arterial. Se han informado casos de presión arterial elevada con desvenlafaxina que requirieron tratamiento inmediato.
Los aumentos sostenidos de presión arterial podrían tener consecuencias adversas. En los pacientes que experimentan un aumento sostenido en la presión arterial mientras reciben desvenlafaxina, se debe considerar la reducción o la discontinuación de las dosis.
Aumento del riesgo de sangrado:
Los medicamentos que interfieren con la inhibición de la recaptación de serotonina, incluyendo desvenlafaxina, pueden aumentar el riesgo de hemorragias. El uso concomitante de aspirina, antiinflamatorios no esteroideos, warfarina, y otros anticoagulantes pueden aumentar este riesgo. Los informes de casos y los estudios epidemiológicos han demostrado una relación entre el uso de fármacos que interfieren con la recaptación de serotonina y la ocurrencia de sangrado gastrointestinal. Los eventos de sangrado relacionados con los ISRS y los IRSN han variado entre equimosis, hematomas, epistaxis, petequias y hemorragias con riesgo de vida. Los pacientes deben ser advertidos acerca del riesgo de sangrado vinculado al uso concomitante de desvenlafaxina y antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes. En los pacientes que toman warfarina, se deben controlar cuidadosamente los índices de coagulación al iniciar, ajustar o suspender desvenlafaxina.
Glaucoma de ángulo estrecho:
La dilatación pupilar que se produce después del uso de muchos fármacos antidepresivos, incluyendo desvenlafaxina, puede desencadenar un glaucoma de ángulo cerrado en un paciente con ángulos anatómicamente estrechos que no tiene una iridectomía permeable. Se debe evitar el uso de antidepresivos, incluyendo desvenlafaxina, en pacientes con ángulos anatómicamente estrechos no tratados.
Activación de manía/hipomanía:
En estudios clínicos con pacientes con TDM tratados con desvenlafaxina se informó la aparición de manía. La activación de la manía/hipomanía también se informó en una pequeña proporción de pacientes con trastorno afectivo mayor que fueron tratados con otros antidepresivos. Al igual que con todos los antidepresivos, desvenlafaxina debe usarse con precaución en los pacientes con antecedentes personales o familiares de manía e hipomanía.
Síndrome de abstinencia:
Las reacciones adversas después de la interrupción del tratamiento con antidepresivos serotoninérgicos, particularmente después de la interrupción abrupta, incluyen: náuseas, sudoración, disforia, irritabilidad, agitación, mareos, alteraciones sensoriales (por ejemplo, parestesia, como sensaciones de descarga eléctrica), temblor, ansiedad, confusión, dolor de cabeza, letargo, labilidad emocional, insomnio, hipomanía, tinnitus y convulsiones. Siempre que sea posible, se recomienda una reducción gradual de la dosis en lugar de una interrupción abrupta.
Convulsiones:
Se han informado casos de convulsiones en estudios clínicos con desvenlafaxina antes de la comercialización. El uso de desvenlafaxina no ha sido evaluado de forma sistemática en pacientes con trastornos convulsivos. Los pacientes con antecedentes de convulsiones fueron excluidos de los estudios clínicos previos a la comercialización. Desvenlafaxina debe ser prescripto con precaución en pacientes con trastornos convulsivos.
Hiponatremia:
Puede ocurrir hiponatremia durante el tratamiento con ISRS y IRSN, incluyendo desvenlafaxina. En muchos casos, esta hiponatremia parece ser el resultado del síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética (SIHAD). Se han informado casos con sodio sérico menor a 110 mmol/l. Los pacientes ancianos, los pacientes que toman diuréticos o los que tienen reducción de volumen, pueden tener mayor riesgo de desarrollar hiponatremia con el uso de ISRS y IRSN.
Debe considerarse la discontinuación de desvenlafaxina en pacientes con hiponatremia sintomática e iniciarse la intervención médica apropiada.
Los signos y síntomas de hiponatremia incluyen dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, deterioro de la memoria, confusión, debilidad e inestabilidad, que puede conducir a caídas. Los signos y síntomas vinculados a casos más graves y/o agudos han incluido alucinaciones, síncope, convulsiones, coma, paro respiratorio y muerte.
Enfermedad pulmonar intersticial y neumonía eosinofílica:
Se han informado pocas veces enfermedad pulmonar intersticial y neumonía eosinofílica vinculadas a la terapia con venlafaxina (precursor de desvenlafaxina). Debe considerarse la posibilidad de estos eventos adversos en los pacientes tratados con desvenlafaxina que presentan disnea progresiva, tos o malestar en el pecho. Tales pacientes deben someterse a una rápida evaluación médica, y debe considerarse la discontinuación de desvenlafaxina.
PRECAUCIONES
Uso pediátrico:
No se ha establecido la seguridad y eficacia en pacientes pediátricos para el tratamiento del TDM.
Los antidepresivos, como desvenlafaxina, aumentan el riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en pacientes pediátricos.
Uso geriátrico:
No se observaron diferencias generales en la seguridad o eficacia entre estos pacientes (≥ 65 años) y los pacientes más jóvenes. Sin embargo, en los estudios a corto plazo, hubo una mayor incidencia de hipotensión ortostática sistólica en pacientes ≥ 65 años de edad tratados con desvenlafaxina. Para los pacientes de edad avanzada, es posible que la eliminación renal de desvenlafaxina este reducida, por lo que esto se debe considerar al determinar la dosis.
Los ISRS y IRSN, incluyendo desvenlafaxina, se han asociado con casos de hiponatremia clínicamente significativa en pacientes de edad avanzada, que pueden tener un mayor riesgo de este evento adverso.
Insuficiencia renal:
Se debe ajustar la dosis máxima recomendada en pacientes con insuficiencia renal moderada o grave (ClCr 15 a 50 ml/min) o enfermedad renal en etapa terminal (ClCr <15 ml/min).
Insuficiencia hepática:
Se debe ajustar la dosis máxima recomendada en pacientes con insuficiencia hepática de moderada a grave (puntuación de Child-Pugh de 7 a 15).