La Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec) ha insistido este martes en “la importancia de implementar programas educativos y campañas de prevención para atajar la prevalencia de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en España”. Desde Asanec han querido destacar que “uno de los principales problemas de la EPOC en nuestro país es la cifra de infradiagnosticados”, que se sitúa en el 74,7 por ciento frente a una prevalencia del 11,8 por ciento para mayores de 40 años, según el último estudio epidemiológico sobre la EPOC en España (estudio EPI-SCAN II).

Esta enfermedad, cuarta causa de muerte en el país, supone, hoy en día, “un problema sociosanitario de primera magnitud y una de las principales causas de morbimortalidad”. Además, presenta “una importante carga social y un elevado impacto económico, tanto en costes directos como uso de recursos sanitarios, reingresos o tratamientos farmacológicos, como indirectos a través de bajas laborales, pensiones, entre otros”, según ha indicado Leopoldo Palacios, gestor de casos en Distrito Sanitario Huelva-Costa y representante de la Federación de Asociaciones de Enfermería Familiar y Comunitaria (Faecap) en la Estrategia Nacional de EPOC y GesEPOC y de Asanec en el grupo de Uso Racional de Medicamentos (URM) en EPOC y enfermedades respiratorias crónicas de la Consejería de Salud y Consumo.

Por estos motivos y coincidiendo con el Día Mundial de la EPOC, que se celebra este miércoles, Asanec ha puesto en valor el papel que juegan las enfermeras de familia y comunitaria, tanto en el abordaje y seguimiento de pacientes con EPOC, como en la prevención y diagnóstico. “La enfermería familiar y comunitaria juega un papel fundamental en la mejora de las cifras de pacientes no diagnosticados, optimizando las expectativas y calidad de vida de estos pacientes”, han destacado.

Desde la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria han querido recordar que “la propia estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud”, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, dice que “uno de los pilares fundamentales es fomentar el papel de la Enfermería de Atención Primaria en la promoción de hábitos de vida saludable y en el abordaje del tabaquismo”. Y han recordado que “la organización de una consulta de tabaquismo recae en un profesional de enfermería en el ámbito comunitario”. “Las enfermeras de familia y comunitaria son profesionales que lideran las intervenciones en deshabituación tabáquica”, han dicho.

“Intervenciones educativas sobre la importancia del abandono del tabaco, la realización de ejercicio físico, el uso de los dispositivos de inhalación, campañas de vacunación o la identificación precoz de las exacerbaciones, han demostrado tener un impacto positivo en el curso de la enfermedad, han mejorado los niveles de salud y la calidad de vida de los pacientes y han disminuido el uso de los servicios sanitarios”, ha incidido el experto.

Palacios ha dicho que “las enfermeras de familia y comunitarias, desde sus consultas, lideran dichos procesos educativos con una actitud proactiva, desarrollando intervenciones que permitan al paciente con EPOC o a sus cuidadores adquirir los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para el manejo de su enfermedad y alcanzar una mejor adhesión terapéutica, fundamentalmente en lo referente al uso de los dispositivos de inhalación, que siendo la base del tratamiento apenas supera el 31 por ciento, ha recordado. 

Por otro lado, “como consecuencia del declive funcional y progresivo de estos pacientes”, muchos van a precisar “una atención domiciliaria por parte de la enfermera familiar y comunitaria, siendo especialmente importante la atención domiciliaria después del alta hospitalaria tras un cuadro de exacerbación de la EPOC”.  

En cuanto al tratamiento y el uso de fármacos broncodilatadores y antiinflamatorios por vía inhalada, el experto ha matizado que constituyen la base en el manejo de estos pacientes en las diferentes fases de la enfermedad y así lo recogen los diferentes documentos y guías de práctica clínica como la GOLD o la Gesepoc (Guía española de la EPOC).

Sin embargo, ha apuntado que, “estas guías también inciden en que este enfoque constituye sólo una parte del tratamiento que deben de ser complementadas con intervenciones no farmacologías, estableciendo que la educación terapéutica debe de ser otra pieza imprescindible en el abordaje integral de estos pacientes para mejorar la adhesión, competencias inequívocas de las enfermeras de familia y comunitarias”.

PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD

Aunque Palacios afirma que, “si bien existen factores predisponentes como un desarrollo pulmonar anormal, anomalías genéticas o envejecimiento acelerado, que pueden contribuir o causar la enfermedad, el principal factor de riesgo es la exposición al humo del tabaco, esto hace que sea considerada como una enfermedad prevenible y evitable”.  

Por estos motivos, desde Asanec han incidido en que, “de forma clara y definitiva la enfermería debe implicarse en la prevención, diagnóstico y seguimiento de estos pacientes, asumiendo un mayor protagonismo y asunción de responsabilidades propias en la programación y ejecución de la asistencia de afectados por EPOC”.

Para ello, “es necesaria e imprescindible la implicación activa de la Administración, potenciando nuevas competencias y modelos de prácticas avanzada que den respuesta a las nuevas demandas de una población cada vez más envejecida, y a las propias limitaciones estructurales y de recursos que tienen los actuales sistemas de salud”, han añadido desde la asociación andaluza.

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una enfermedad que se caracteriza por síntomas respiratorios persistente (disnea, tos con o sin expectoración) y limitación del flujo aéreo debido a las anormalidades de las vías aéreas y/o alveolares y donde las exacerbaciones y comorbilidades que presenta cada paciente van a influir en la evolución y el pronóstico de la enfermedad. Los pacientes que padecen la enfermedad van a presentar a lo largo de su vida, un declive de la función pulmonar, un deterioro de la salud y consecuentemente de la calidad de vida.

Por ello, “resulta clave realizar espirometrías de calidad en el ámbito de la atención primaria y que las enfermeras de familia y comunitarias desarrollemos las competencias mejorando nuestras habilidades para interpretar el resultado y tomar decisiones en consecuencia para realizar una educación sanitaria que genere cambios de hábitos saludables”, han puntualizado desde Asanec.

Fuente: Europapress